El Valle de la V… ¡De locos!

Sí ese lugar existe en una parte del mundo, en Capadocia específicamente.

En mi recorrido por Turquía, pude apreciar paisajes maravillosos, sobre todo en Capadocia donde me enamore de las Chimenea de Hadas que son formaciones rocosas naturales donde habitadas personas con la peculiaridad de que ahí la temperatura es de 16 grados sin que la  estación del año afecte, cabe recalcar que el verano de este país llega a 40 grados centígrados, y el invierno suele ser de -15 grados, no obstante, dentro de Las Chimenea de Hadas nunca baja ni sube de 16 grados. Ver este lugar en las noches es alucinante, las rocas gigantes que interrumpen el horizonte y las  lucecillas que atravesando las rocas. Aun suspiro al recordarlo.

Cuando estuve en Capadocia estaba a 10 grados eran las últimas semanas de invierno, con vientos que te levantaban invitaban a cubrirte el rostro como musulmana lo cual hice, nadie sospechaba que era latina y se estrellaban con la realidad cuando me hablaban en turco y lo único que decía era “Merhaba” jaja

Luego de ver las Chimenea de Hadas hice una parada un lugar te envolvían hablándote de las hermosas piedras que habían en ese lugar y te daban vino de viñedos cercanos, donde vendían joyas a precios cómodos y lógicamente no pude evitar comprarme un anillo que hoy llevo siempre en la mano derecha (amo los anillos) el anillo es de plata con 5, sultanitas, una piedra que cambia de color  con el sol y solo existe en Turquía, es una maravilla y lo compre por 370 liras turcas, es decir, $100, precio que me pareció económico en comparación a los que encuentro en Ecuador, ignorando por completo que en Estambul el mismo anillo estaba en 30 dólares, me sentí estafada,  si van a Turquía no compren en Capadocia, es un lugar costoso, Estambul es mucho más barato, sobre todo en el Gran Bazar, por favor no olviden ese dato,  es crucial para hacer un viaje a ese país.

Ahora sí, volvamos a los paisajes de Capadocia porque se viene la parte interesante, en el camino hasta el hotel me encontré un valle con estructuras naturales bastante curiosas, denominado popularmente “El Valle de la Verga” o para los románticos de gran apetito sexual “El Valle del Amor”, las roca gigantes de este valle tienen forma de un pene erecto, están en mitad de la nada, por eso cuando estaba en el bus que me llevaba a mi destino y miré hacia la derecha no pude evitar soltar una carcajada que despertó a muchos, el guía entendió mi risa y me acompañó, entonces decidió hacer una parada para donde pude contemplar este gracioso  pero espectacular paisaje, acompañado de pájaros volando y un viento fuerte que te obligaba a  arroparte entre los suéteres, ideal para enamorados pues te place estar abrazada todo el tiempo en una tranquilidad inigualable pero  yo fui sola jaja cabe recalcar que los turcos son en extremo coquetos ofreciéndote abrazarte en sus fornidos brazos, son apuestos también, que es difícil que una chica se resista excepto por el GRAN detalle que muchos de ellos no tienen un olor agradable, transpiran un montón pero creo que no se duchan frecuentemente, asumo por el frio, la verdad no sé, pero yo prefiero morirme de frio que cubrirme en esos fornidos brazos apestoso, no son todos, pero no huelo para identificar jaja

Sin duda Turquía es un país lleno de curiosidades por descubrir.

En el siguiente artículo publicaré la parte más emotiva y con el cual me despido de mi viaje como tema, la visita a Santa Sofía, La Mezquita Azul el principal templo musulmán, y la casa de la Virgen María en Éfeso, experiencia que me erizo la piel.

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